La seguridad de los complementos alimenticios
La seguridad de los complementos alimenticios es una realidad. Actualmente la industria alimentaria debe cumplir con una severa normativa nacional e internacional y unos procesos que no permiten dejar cometer el mínimo error y que un producto pueda poner en riesgo la salud del consumidor. Pero, ¿cómo se afianza la seguridad de los complementos alimenticios?
La seguridad de los complementos alimenticios se afianza desde el mismo momento en que existe una legislación que obliga a ello. En la industria alimentaria, la Seguridad Alimentaria es un deber que, entre otras muchas normas, está recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El artículo 25 estipula “el derecho de las personas a un nivel de vida adecuado que les asegure (…) la salud y el bienestar y una alimentación suficiente y sana (…)”.
En España, la Constitución también mira para garantizar la seguridad de los alimentos que llegan a los consumidores. El artículo 43 de la Carta Magna reconoce el derecho a la protección de la salud y exige a los poderes públicos tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios, así como fomentar la educación sanitaria. Por su parte, el artículo 51 recoge: “Los poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios protegiendo, mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los mismos”.
A nivel europeo, las autoridades de la UE y de los Estados miembros también tienen el deber de asegurar y amparar la salud de los consumidores y velar por la seguridad de los alimentos. Como conclusión, en la actualidad el mercado de los complementos alimenticios es más seguro y está más controlado que nunca.
Complementos alimenticios. Sistemas de control y registro
La normativa vigente obliga a las empresas que comercian en el mercado de los complementos alimenticios a ofrecer productos seguros. La industria alimentaria, a la que pertenece el sector de los complementos alimenticios, obliga, tanto en España como en el resto de países de la Unión Europea, a aplicar un detallado sistema de control conocido como Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC). Esto es un método que identifica, examina y controla los riesgos alimentarios en todas y cada una de las fases de la cadena alimentaria. El responsable de cada una de estas etapas está obligado a responder ante los posibles peligros y tomar las medidas adecuadas en cada caso.
Por otra parte, todas las empresas que fabrican o distribuyen complementos alimenticios también tienen la obligación de inscribirse en el Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos (RGSEAA) que está gestionado por el Ministerio de Sanidad y Consumo y las Comunidades Autónomas (CCAA). El registro garantiza que los operadores están bajo vigilancia de las autoridades sanitarias de las CCAA. Además, cualquier complemento alimenticio se supedita a control administrativo desde el mismo momento en que se pone en circulación ya que existe la obligación de notificar su puesta en mercado ante las Administraciones pertinentes. Posteriormente, y de manera regular, se efectúan verificaciones de manera sistemática para verificar que se cumple con todas las disposiciones legales.
La etiqueta es un elemento de seguridad alimentaria
La etiqueta es otros de los elementos que garantiza la seguridad de los complementos alimenticios. La normativa española en esta materia es estricta y establece una serie de exigencias. En la etiqueta de cualquier suplemento alimenticio debe figurar elementos obligatorios como, por ejemplo:
– La dosis de consumo diario recomendada por el fabricante y la advertencia de no superar la dosis diaria expresamente recomendada por el fabricante.
– El modo de empleo.
– La afirmación de que los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustitutos de una dieta equilibrada.
– La lista de ingredientes de los complementos alimenticios en orden decreciente.
– La identificación del operador responsable
– La indicación de los ingredientes que pueden provocar alergias o intolerancias alimentarias.
– Etc.
Complementos alimenticios. Una normativa específica
Aparte de la rigurosa legislación alimentaria que existe para garantizar la seguridad de un complemento alimenticio, desde el año 2002, existe a nivel europeo una normativa específica que también regula la industria de los complementos alimenticios. Se trata de la Directiva 2002/46/CE que está traspuesta al ordenamiento jurídico español a través del Real Decreto 1487/2009. Por otra parte, el Reglamento (UE) 1170/2009 recoge las vitaminas y minerales que pueden utilizarse específicamente en la fabricación de los complementos alimenticios. Respecto a las sustancias distintas a vitaminas y minerales, a día de hoy, los diferentes Estados miembros tienen su propia normativa a la espera de una armonización europea definitiva. También existe el Reglamento (UE) 2015/2283 sobre Novel Foods.
Los complementos alimenticios y la EFSA
La máxima Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), máximo organismo oficial en la UE, tiene un papel clave a la hora de garantiza la seguridad de un complemento alimenticio. El papel principal de la entidad es evaluar y comunicar los riesgos asociados a la cadena alimentaria. Como evaluadora del riesgo, elabora dictámenes u opiniones científicas y proporciona una sólida base científica para mantener el nivel de seguridad alimentaria necesario en toda la UE.
En los últimos años, la EFSA ha emitido opiniones positivos sobre el uso y consumo de algunos ingredientes en complementos alimenticios siempre y cuando se añadan las cantidades que la entidad ha establecido como seguras y se haga un consumo conforme a las dosis también acordada.
Complementos alimenticios y consumidor
Los complementos alimenticios son seguros y el consumidor tiene que hacer un uso responsable teniendo en cuenta el tipo de producto que está consumiendo y de las facultades del mismo. Un complemento alimenticio contribuye, facilita y ayuda a mantener una buena salud siempre que, además, se lleve una vida saludable con una dieta variada y equilibrada, se practique una actividad física regular y se sigan las pautas que marca el fabricante y en ningún caso, estos productos están destinados al tratamiento de enfermedades.
Los complementos alimenticios nunca pueden sustituir una dieta. En circunstancias normales, una dieta adecuada y equilibrada debería proporcionar todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo y mantenimiento de un organismo sano. Para grupos de población concretos (embarazadas, en periodo de lactancia, niños, personas con una condición médica particular) puede ser útil pedir consejo profesional y, en caso de estar tomando un medicamento, ponerlo siempre en conocimiento del médico.
Los complementos alimentos son seguros si se tienen en cuenta estos principios, se consumen siguiendo las instrucciones del fabricante y se adquieren en los canales profesionales.