La Comisión Europea hace frente a los alimentos fraudulentos
Debido el gran volumen de producción de alimentos fraudulentos y la preocupación de los consumidores europeos, la Comisión Europea (CE) pone en marcha un Centro de Conocimiento sobre el Fraude Alimentario y la Calidad de los Alimentos, gestionado por el Centro Común de Investigación.
La CE calcula que el coste económico de alimentos fraudulentos alcanza por año hasta los 12 billones de euros. Prueba de ello son los múltiples casos de fraude alimentario que recientemente han salido a la luz sobre productos como aceites de oliva, vinos, miel, pescados, productos lácteos, carnes y aves de corral. Esto ha provocado la disminución de la confianza de los consumidores y la perdida de reputación de diversas empresas alimentarias. Por este motivo, tal y como ha declarado Vĕra Jourová, comisaria de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género “la Comisión se toma muy en serio la cuestión de la calidad de los alimentos y la diferenciación injustificada, y ya ha tomado medidas concretas para hacerle frente”.
Son muchos los alimentos detectados que se comercializan bajo un empaquetado similar y con una composición diferente. Esto no es solo una acción de marketing desleal, sino en muchos casos, un peligro para la salud pública de los ciudadanos europeos.
Tibor Navracsics, comisario de Educación, Cultura, Juventud y Deporte, considera importante la constitución de esta comisión ya que “contribuirá a proteger la integridad de la cadena alimentaria de la UE y a salvaguardar la calidad de los productos alimentarios, generando así un valor añadido claro para los europeos”.
Las tareas que desempeñará el Centro de Conocimiento sobre el Fraude Alimentario y la Calidad de los Alimentos para luchasr contra los alimentos fraudulentos serán:
- coordinar las actividades de vigilancia del mercado, por ejemplo, en cuanto a la composición y las propiedades organolépticas de los alimentos comercializados con la misma marca y el mismo empaquetado en diversos mercados de la UE;
- disponer de un sistema de información y alerta precoz sobre el fraude alimentario, por ejemplo, mediante el seguimiento de los medios de comunicación y la transmisión a la población de esta información;
- conectar los sistemas de información de los Estados miembros y de la Comisión, como las bases de datos con la composición de determinados productos agroalimentarios de gran valor, como el vino o el aceite de oliva;
- generar conocimientos específicos por país, por ejemplo, indicando las competencias y las infraestructuras de laboratorio de los Estados miembros;
- prestar apoyo a quienes diseñan las políticas de la UE y a las autoridades nacionales facilitando el acceso a conocimientos científicos actualizados.
Este es el quinto Centro de Conocimiento que lanza la Comisión como órgano de control, después del de Bioeconomía, Políticas Territoriales, Migración y Demografía y Gestión del Riesgo de Catástrofes. Será totalmente financiado por la CE.
Está compuesto por una red de expertos de dentro y fuera de la Comisión. Los equipos asignados para cada tarea elaborarán boletines informativos, mapas interactivos, bases de datos e informes periódicos y harán pública la información.